Se ha hecho una valoración de las consecuencias para las empresas de la situación política en Egipto, que ha llevado a las empresas a revisar la idoneidad de sus políticas de gestión del riesgo y sus coberturas de seguro. Estos sucesos demuestran que los casos de violencia política pueden producirse en cualquier momento y las compañías con presencia en este u otros mercados emergentes son cada vez más conscientes de que el panorama de riesgos al que deben hacer frente se está agravando día a día.
Las empresas con intereses en la zona deberían estar recabando ya toda la información que les sea posible para preparar los procesos de reclamación, de forma que puedan ser indemnizadas por sus aseguradores.
Los incidentes de Egipto deberían hacer que todas las compañías con operaciones en mercados emergentes revisaran la adecuación de sus estrategias de gestión de riesgos. Las empresas necesitan tener planes para poder proteger "in situ" tanto a sus empleados como sus activos estratégicos, algunas empresas que tenían contratado el seguro de terrorismo se han encontrado sin cobertura tras sufrir disturbios civiles (por ejemplo, los vividos en Tailandia el pasado año) por la falta de acuerdo a la hora de calificar si los hechos fueron actos de terrorismo o de violencia política. Las empresas deben asegurarse de que tienen cubiertos una amplia gama de eventos para reducir la incertidumbre ante las posibles calificaciones de un suceso (violencia política, acto de terrorismo, disturbio civil...,etc.).
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